miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Quién es más real: Cervantes o Don Quijote?



¿Quién es más fundamentalmente real: Cervantes o Don Quijote? ¿Quién depende de quién? Unos dirán que Cervantes es más real ¡Claro, porque sin Cervantes no hubiera existido Don Quijote! ¿No?.. ¿Pero por qué no pensar que Don Quijote sea el más real? Al fin y al cabo Don Quijote es un personaje mucho más determinante e influyente que su oscuro autor. Casi podríamos decir que  Cervantes “existe” aún hoy gracias al Quijote. Además, si Cervantes no hubiera escrito el Quijote, ¿no podría haberlo hecho otro? ¿Es el Quijote una invención o un descubrimiento? (En "Pierre Menard, autor del Quijote", un cuento de Borges, se narra el caso de un escritor que se hace el propósito de escribir de nuevo el Quijote, no copiándolo, sino "sacándolo" de sí mismo, a partir de su propia inspiración artística...).


Veamos otro caso: ¿qué es más real: Darwin o las leyes de la evolución natural? De nuevo, unos dirán que Darwin es más real que sus leyes. Pero otros podrían decir justo lo contrario: que las leyes evolutivas son más reales que Darwin, pues tales leyes no sólo EXPLICAN el hecho de la existencia de Darwin y su descubrimiento, sino, más aún, son las que CAUSAN O  DETERMINAN REALMENTE que tales hechos (Darwin y sus descubrimientos) existan...

Pensémoslo un momento. ¿Qué es la evolución? La evolución es como un “mecanismo” generador de hechos y seres físicos. Ahora bien: ¿es un hecho físico ella misma? Si lo fuera tendría que evolucionar o cambiar (como evolucionan o cambian los hechos físicos), y ocupar un espacio y tiempo concretos (como pasa con los hechos físicos). Pero esto no es verdad. La evolución no evoluciona ni cambia (siempre es descrita por la misma ley invariable). Ni ocupa un espacio y tiempo concretos, sino muchos a la vez (tantos como lugares y momentos en los que hay algo evolucionando o cambiando) sin que cambie en nada (en todos ellos es la misma y es explicada por las mismas leyes).
Por eso, si la evolución no es un hecho físico, tiene que ser otra cosa. Algo así como lo que da cierta “forma” fija a los cambiantes hechos físicos... Ahora bien, si esto fuera cierto ocurriría algo rarísimo: habría como dos tipos de realidades: los hechos (las cosas que pasan en el espacio y el tiempo), y "eso" que da forma a los hechos y que no ocurre en ningún lugar ni momento concreto (gracias a lo cual puede dar la misma forma a multitud de hechos físicos en distintos lugares y momentos). La evolución (y la ley que la describe) sería, así, algo tan incorpóreo como Don Quijote, pero desde luego no por eso algo irreal (todo lo contrario, de la evolución depende la existencia de muchísimas cosas que llamamos reales)...


¿Quiere todo esto decir que hay realidades (como la evolución o Don Quijote) que existen fuera del espacio y el tiempo? ¿Hay un mundo distinto a este que vemos en el que “revolotean” la evolución y sus leyes, y los quijotes, a la espera de que algún Darwin o Cervantes los descubra? ¿Qué mundo de hadas o fantasmas sería ese? ¿Qué dirías tú?

lunes, 28 de noviembre de 2011

El enigma de la realidad: la teoría del "Big bang"

La teoría cosmológica estándar o teoría del “Big bang” afirma que el Universo es un gigantesco proceso que brotó como una gran explosión hace unos 13.000 millones de años a partir de una extraña "partícula" tan inconcebiblemente densa como pequeña.





La imagen más simple del "Big bang" comienza con una nada. No hay realmente nada, no hay espacio, ni tiempo, ni energía, ni materia...Pero esa nada parece tener un misterioso potencial de existir. Y "entonces", en ningún momento ni en ningún sitio, esa nada se convierte en Universo, estalla y comienza la expansión de un espacio en el tiempo, toda la energía y, después, la materia, son creadas en ese estallido. En la primera minúscula fracción de segundo, el universo se expande (se infla). Y unos tres minutos después los átomos comienzan a formarse. Unos 5.000 millones de años después se configuran las galaxias. En una de ellas, la Vía láctea, aparece hace más de 4000 millones de años nuestro planeta, y hace menos de 100.000 años nuestra especie. A través de ella el Universo parece haber dado lugar a su criatura más extraña: la consciencia de sí mismo...




La teoría del "Big bang" supone, no obstante, un gran número de problemas filosóficos... ¿Qué causó la “explosión” o emergencia del Universo? ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene? Si el Universo es algo que aparece y desaparece, no puede ser él mismo la causa de su existencia (nada que "aparezca" puede hacerse aparecer a sí mismo). Pero si no tiene causa, entonces el Universo es fruto del azar o de la "nada", un "capricho" irracional, algo radicalmente incomprensible... Tal vez hay infinitos ciclos de universos que se expanden y se contraen, pero entonces: ¿Cómo hemos podido llegar a este en el que vivimos y pensamos nosotros (tendrían que haber transcurrido una infinitud de expansiones y contracciones antes de llegar a este universo en que vivimos, pero un infinito nunca acaba de transcurrir)? Además: ¿durante qué tiempo se suceden unos a otros los Universos? ¿En qué espacio se expanden y contraen?... Todo parece demasiado irracional. Pero si el Universo es tan irracional, ¿cómo es que puede explicarse racionalmente a través de las leyes físicas?... Por cierto: esas mismas leyes y teorías físicas: ¿Son también parte del Universo, cosas físicas tal como las cosas físicas que ellas mismas explican? Si no lo son, ¿"dónde" están? Y si lo son, ¿cómo pueden aspirar a explicar la totalidad del Universo si no son más que una minúscula cosa en mitad del espacio y el tiempo?...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿Cómo es que la ciencia carece de fundamento científico?


La ciencia puede explicar muchas cosas, pero ni puede explicarse a sí misma, ni explicar aquello en lo que se apoya para explicar todo lo que explica. La razón es que ni la ciencia misma ni sus fundamentos son de la misma naturaleza que los objetos estudiados por el científico. Dicho de otro modo: la física no puede estudiarse a sí misma, porque la física no es un fenómeno físico. Ni la biología un evento biológico, ni la psicología un mero producto de la mente, ni la historia algo simplemente histórico... 

Veamos esto con más detalle. Las ciencias tienen como objeto de estudio a la naturaleza (las ciencia naturales) o la cultura (las ciencias humanas); pero para tratar su objeto han de emplear reglas lógicas y  criterios epistemológicos (acerca de cómo debe ser el conocimiento científico), asumir presupuestos ontológicos (acerca de cómo debe ser la realidad para ser explicable por la ciencia), y partir de cierta cantidad de nociones "primitivas"  correspondiente a su campo científico (la noción de energía, los físicos; la noción de vida, los biólogos; la noción de mente o individuo los psicólogos, las nociones de tiempo y de cultura los historiadores, etc.). Ahora bien: ¿cuántas de estas reglas, criterios, presupuestos ontológicos y nociones "primitivas" son explicables por la misma ciencia que los usa y aplica? Respuesta: ninguno; ni puede explicarlos ni podrá jamás (y en esa imposibilidad radica su propia condición de ciencia particular).

De entrada, ninguna ciencia particular puede explicar las reglas lógicas con las que opera el científico cuando razona. Por la simple razón de que tales reglas no son cosas físicas, biológicas, psicológicas, lingüísticas ni históricas. Si lo fueran perderían su entidad y validez como reglas. Si la lógica, por ejemplo, fuera un evento físico (de carácter cerebral quizás), estaría sujeta al espacio (no sería válida en todo lugar a la vez) y al tiempo (cambiaría a cada momento), y carecería de la trascendencia necesaria para poder ser aplicada a todo proceso de razonamiento particular (es más: sería una parte de lo razonado a partir de ella). De modo semejante las reglas o criterios de conocimiento, si pretenden ser válidos y útiles, no pueden ser parte de aquello mismo que se conoce correctamente en virtud de ellos (¿bajo qué reglas sería legítimo el conocimiento de esas mismas reglas? ¿Es científicamente demostrable el modo científico de demostrar?). Exactamente igual con respecto a los supuestos ontológicos. Ningún físico, por ejemplo, puede demostrar "física" o experimentalmente que la realidad es física (de entrada no lo son las propias leyes físicas, ni las nociones teóricas que el físico emplea). Ni matemático alguno puede demostrar matemáticamente que el mundo es matemático (ni responder matemáticamente a cuestiones acerca de la naturaleza de los números o de la matemática misma). Ni el historiador demostrar que todo lo humano está sujeto a la historia (esto mismo no lo estaría). Etc. Por último, las nociones más primitivas de cada campo científico (energía, vida, mente, tiempo, número, etc.) son imposibles de definir en el propio contexto científico en que se usan (justo por eso se les llama "primitivas": no hay, por ejemplo, ninguna otra noción física lógicamente anterior para poder definir con ella lo que sea "energía").

Pero la ciencia no solo es incapaz de explicar científicamente sus fundamentos (lógicos, epistémicos, ontológicos, axiomáticos), sino tampoco a sí misma. La física (por ejemplo) no es un objeto físico. Nada de lo que encontremos en un tratado de física es físico. Las leyes físicas no podrían ser objetos particulares (a la vez que explican la generalidad de los objetos). Sería absurdo pensar que la ley de la gravedad pesa, o que el espacio ocupa algún espacio, o que el propio tiempo es temporal, o la velocidad veloz, o que la ley de la evolución muta y evoluciona según las pautas inmutables que ella misma establece. Lo mismo con el resto de las ciencias. Las leyes de la historia que pretende descubrir el historiador no pueden ser también históricas (y cambiar a la vez que se mantienen como las leyes que explican su propio cambio). Ni las leyes del psicólogo  podrían ser fenómenos psicológicos particulares y cambiantes a la vez que se sostienen como explicación universal e inmutable de esos mismos fenómenos...

En suma, podríamos decir que cada ciencia es como un “foco” que alumbrara cierta parte de la realidad, pero que, a su vez, fuera incapaz de enfocarse a sí mismo: a sus propios engranajes o fundamentos, a aquello mismo que genera su luz... Ahora bien: si la ciencia no puede ocuparse científicamente  ni de sus propios fundamentos ni de sí misma, tendríamos que pensar en algún saber más fundamental que se ocupe de esto (un foco de focos). Según algunos, este saber (o proyecto de saber) es la filosofía...



1. Según algunos filósofos (y científicos) la ciencia es un saber “prefilosófico”. Pero según otros muchos filósofos y científicos, es la filosofía la que representa un saber “precientífico”. ¿Qué crees que significa esto último? ¿Cuál de estas dos posturas crees que es más defendida en la actualidad? ¿Podrías hacer de “abogado defensor” de la última de ellas?
2. ¿En qué sentido crees que podría la filosofía ocuparse del “fundamento” de las ciencias?
3. ¿No le ocurrirá a la filosofía lo mismo que a la ciencia: que dependa de reglas, métodos e ideas fundamentales que carezcan de justificación filosófica?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Teoria de las cajas (o de cómo la filosofia es un saber universal y la ciencia no)



Imagina que la realidad es tu cuarto o casa llena de chismes tirados por todos lados después de una gran explosión (de alegría, no hay que dramatizar). Como no se puede vivir en tal desorden, decidimos ordenar la realidad...
Llega, por ejemplo, el físico, muy enérgico, con un montón de cajas y dice: pues yo voy a ordenar los chismes físicos, y sin pensarlo dos veces empieza. Todas estas cosas (que tienen masa, carga eléctrica, volumen, etc.) a la caja de las “partículas y sus compuestos”. Y todos estos fenómenos tan raros que ocurren entre las cosas (se atraen, se unen y separan, etc.) a la caja de las “fuerzas”. Hala, y además –dice— voy a meter todas esas cajas en una aún más grande: la caja de los “fenómenos energéticos”...
Ahora llega el biólogo, muy animado, y dice (también sin pensarlo mucho, la verdad): pues yo voy a ordenar los chismes vivos. A esos pequeños que andan revoloteando por ahí los meteré en la caja de los “mosquitos”. Y a aquellos grandes y grises en la caja de los “ratones”. Y ambas cajas las meteré luego en la caja de los “animales”. Y esta caja, junto a aquella otra en la que he ido metiendo el musgo de las paredes y las flores del jardín, la meteré en la gran caja, claro está, de “los seres vivos”...
Ahora aparece el psicólogo, muy mentalizado con su tarea (lo cual no quiere decir que la entienda), y dice: pues yo voy a ordenar un poco lo que hacen y tienen en la cabeza estos chismes tan aparatosos que son los humanos. A ver, aquellas conductas (ver, oír...) a la caja de las “percepciones”. Aquellas otras (tener miedo, estar contento) a la de las “emociones”... Etc. Y todas esas cajas a la caja de las “conductas y fenómenos mentales”...
Luego, el matemático, calculando lo que va a hacer (un poco mecánicamente, sí), dice: pues yo voy a contar y medir bien todo lo que hay, y meteré mis cuentas en la caja de las “cantidades” y mis mediciones en la caja de las “figuras y proporciones”. Y ambas, en la caja de los “aspectos matemáticos del mundo”...
No hace falta seguir. Detrás del matemático vinieron muchos más: el geólogo, el astrónomo, el sociólogo, el historiador, el lingüista... Y cada uno fue metiendo “sus” chismes en las cajas que traía...Al final, todo el piso estuvo lleno de cajas enormes, cada una con su etiqueta.

[Por cierto, un asunto importante del cuento es este: las cajas que digo no son de cartón ni de madera, claro (tal como las metáforas no están hechas de tinta ni de pixeles). Las cajas están hechas de definiciones, leyes, fórmulas, conceptos... Por ejemplo: la caja de las fuerzas que trajo el físico está hecha de la ley de la gravedad, las leyes electromagnéticas, etc. La caja de “los seres vivos”, que trajo el biólogo, está hecha de la ley de la evolución, las leyes genéticas, la definición de ser vivo, etc. La caja de las emociones (una de las del psicólogo) está compuesta de ciertas definiciones y leyes acerca de las emociones. Y la caja de las cantidades del matemático (también llamada “aritmética”), de conceptos, leyes y fórmulas acerca de los números...]

... Y en estas estábamos, cuando llegó el filósofo, pensativo y (en un estilo entre místico e incomprensible) dijo: ¿pero mira cómo tenéis el piso? ¿cómo podéis soportar este desorden de cajas? Por un lado la caja de los fenómenos energéticos, por otro la caja de las conductas y fenómenos mentales, por otro la caja de las cantidades... Esto hay que arreglarlo. Voy a intentar meter todas esas cajas en una caja común. Es decir, voy a intentar comprender todos esas definiciones, leyes, fórmulas y conceptos distintos bajo ideas más unitarias. A ver si descubro la caja donde todo encaja... Por que, al fin y al cabo, como nos dice la lógica, la realidad y la verdad son solo una, ¿no? (Leed si queréis la entrada: "¿Que le diría el tocino a la velocidad?", en la etiqueta "EPISTEMOLOGÍA").



1. ¿Por qué decimos que la filosofía es un saber “universal” y las ciencias saberes “particulares”?
2. ¿Qué etiqueta tendría que tener la caja de las cajas que se propone construir el filósofo? ¿De qué estaría hecha esta caja?
3. ¿Tiene sentido un saber universal, como dice el filósofo, o es mejor que haya un montón de saberes cada vez más especializados? ¿Qué crees que se valora más en nuestra sociedad: la especialización o un conocimiento “universal”? ¿Por qué?

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Son lógicas las matemáticas?





Suele decirse que la filosofía es un modo de conocimiento puramente racional o lógico. Las cosas de las que habla el filósofo son tan abstractas que no cabe verlas o comprobarlas con experimentos científicos. Esto distingue a la filosofía de las ciencias empíricas (aquellas que hacen experimentos para probar sus teorías). ¿Pero qué distingue a la filosofía de otras ciencias, como las matemáticas, que también parecen ser puramente lógicas?...

... Las diferencias son muchas. Por ejemplo: la matemática solo trata de aspectos de la realidad que se puede contar y medir, y la filosofía de aspectos que, en ocasiones, carecen de extensión (no se pueden medir) e incluso de partes sucesivas (no se pueden contar)... Pero hay otra diferencia quizás más fundamental: la filosofía no acepta ninguna idea que carezca de lógica, pero las ideas fundamentales de las matemáticas parecen, en cambio, imposibles de demostrar con la lógica.

Pensemos en la idea de número (la idea fundamental de la aritmética). ¿Puede haber más de un número, por ejemplo, dos? El dos son dos unidades (dos “unos”), pero estas unidades son idénticas (1=1), luego no pueden ser dos, para que fueran dos tendrían que ser diferentes una de otra (o, más bien, una de una). De otro lado entre el uno y el dos hay un número ilimitado de números, pero ¿cómo puede estar lo ilimitado limitado entre el uno y el dos? Finalmente, el dos es ilimitadamente divisible (1, 0.5, 0.25, etc.); el final de esta división, si lo hubiera, sería lógicamente "cero": el dos se compondría de infinitos ceros, pero ¿cómo la suma de infinitos ceros va a dar como resultado “dos”? Y si ese final nunca se alcanza tendríamos el mismo problema de antes: ¿cómo un número ilimitado de números puede estar comprendido en los "límites" del dos?

Con la otra idea básica de las matemáticas, la idea de espacio (fundamental en la geometría), ocurre exactamente lo mismo. Imaginemos un espacio pequeñito, tal como el segmento AB; esta línea es una sucesión de muchos puntos todos idénticos; pero ¿si son idénticos como pueden ser muchos? (sólo cabría distinguirlos por el espacio que ocupan, pero justamente el espacio es lo que se trata de demostrar). De otro lado, entre un punto y otro de esa línea ha de haber siempre otro punto, con lo cual la línea AB sería a la vez finita e infinita. Finalmente, si los puntos matemáticos son inextensos (no tienen cuerpo), su dimensión espacial es cero; pero ¿cómo puede tener longitud una línea compuesta de puntos cada uno de ellos de cero longitud?...



¿Son pues, lógicas, las ideas fundamentales de las matemáticas? ¿Es la matemática un saber tan lógico como parecía? ¿Qué os parece (lógicamente hablando)?

jueves, 10 de noviembre de 2011

¿Por qué religión en los institutos y no clases de ciencia en las parroquias?

Discutía hoy con mis alumnos acerca de las diferencias entre la religión y la ciencia, y surgió la cuestión acerca de las clases de religión en escuelas e institutos. Como el debate fue muy encendido y quedó abierto (como todo buen debate filosófico), lo traslado al blog para que todos puedan opinar.

La principal diferencia entre religión y ciencia (y esto fue aceptado por casi todos) es que la religión justifica sus verdades mediante un ejercicio de fe, y la ciencia intenta justificar las suyas mediante el razonamiento lógico y el experimento. La religión informa de sus doctrinas e inculca ese ejercicio de fe mediante rituales religiosos (como misas y otras ceremonias, ejercicios espirituales, etc.). La ciencia expone sus teorías y sus métodos mediante demostraciones racionales y observaciones (clases en las que se discuten ideas, diálogos y debates, prácticas de laboratorio, etc.). (Para más detalles podéis ver la entrada “La ‘discoteca de Dios’ y el laboratorio de los hombres”, en este mismo blog).

Dicho esto: las cuestiones que discutimos fueron:
(1) ¿Está justificado que se impartan doctrinas religiosas en las aulas de un colegio o instituto (para los alumnos que lo deseen)?
(2) ¿Estaría igualmente justificado que se impartieran clases de ciencia en las parroquias (para los feligreses que lo deseen)?

¿Qué pensáis? (Como este es un blog de filosofía –y no un blog religioso— , es necesario que argumentéis vuestras opiniones).


¿Qué es arte?


Esta obra de arte (¿) de Wolf Vostell se llama “¿Por qué el proceso de Pilatos y Jesús duró solo dos minutos?”…
Cada vez que llevo a mis alumnos al Museo Vostell de Malpartida, algunos tardan mucho menos de dos minutos en decidir que lo que allí se ve no es arte. Sobra decir que si llevara a un grupo de adultos no serían algunos, sino casi todos los que exclamaran con suficiencia: "¡Esto es una tontería!", "¡esto lo hace cualquiera!", etc. Cuando ocurre esto, me vienen unas ganas locas de arrodillarme ante quien así habla y rogarle que me explique cómo ha logrado saber que lo que ve no es digno de llamarse “arte”. ¿Cómo no va a saberlo quien se atreve a opinar con tanta firmeza?... Pero no, no lo saben: cuando oigo sus explicaciones (cuando las dan) toda mi ilusión se desvanece (en mucho menos de dos minutos)…

Así que: ¿Qué es el arte? ¿Cómo podemos distinguir una obra de arte de una majadería? ¿Alguien me lo puede explicar?... Como algunas respuestas ya me las han dado muchas veces, y no quiero que caigáis en la tentación de resolver este asunto de un plumazo, comenzaremos quitando de en medio algunas de ellas.

1. Arte no es lo cada uno considera arte. Si así fuera, cualquier cosa podría ser “arte”, y a la vez no serlo, con lo cual carecería de sentido toda discusión sobre el arte (Yo tendría toda la razón al considerar arte cortarme la oreja –o cualquier otra cosa—, y tú también la tendrías al considerar que no lo es). La verdad es que ni siquiera tendría sentido emplear la palabra “arte”, pues carecería de un significado común (¿Tendría sentido emplear una palabra cuyo significado fuera distinto para cada persona que la emplea?).
2. Arte no es lo que la mayoría considera “arte”. Igual que antes: si así fuera todo podría ser “arte” y no serlo (bastaría con que la mayoría así lo conveniese). Además, tanto en el caso anterior como en este, siempre cabe la pregunta: ¿Por qué considera Vd. (o Ustedes) que esto es arte?
3. Arte no es, sin más, lo que nos gusta. También nos gusta que nos rasquen la espalda, o tener la casa limpia, y dista de estar claro que esas dos cosas sean obras de arte. Además, suponiendo que arte fuera "lo que nos gusta", aun tendríamos que responder a la pregunta: ¿por qué nos gustan unas cosas y no otras? ¿qué significa que algo "nos guste"?
4. Arte no tiene porque ser lo que nos emociona. También nos emociona un incendio o que nos llamen el día de nuestro cumpleaños, y, de nuevo, no está nada claro que todo eso sea arte.
5. Arte no es lo que es único y original. Cada mosquito que viene al mundo es único. Decidir usar la energía atómica para fabricar bombas, o inventar un sistema para gasear a millones de personas, también parecen ser cosas originales y creativas.
6. Arte no es lo que supone mucho trabajo y está bien hecho. No solemos considerar a un ingeniero que diseñe autopistas, o a un cirujano que haga trasplantes como artistas (a no ser en un sentido muy metafórico).
7. Arte no es lo que es bello y punto. Quizás no este mal equiparar arte y belleza, pero en ese caso habría que replantear la pregunta, en vez de “¿qué es arte?”, ahora sería: “¿qué es lo bello?”…


Así que una de dos, o me contestáis a la pregunta de ¿qué es arte?, o me contestáis a la pregunta ¿qué es bello?

lunes, 7 de noviembre de 2011

La "discoteca" de Dios y el laboratorio de los hombres...


Oscuridad y luces parpadeantes, música (un chill out a base de órgano y voz), un olor muy especial (a incienso, claro), palabras misteriosas y poéticas (no en inglés, pero a veces en latín) que se repiten, rítmicamente, como un mantra, como un rezo... A veces (en algunas "discotecas" sagradas) un animador o varios que bailan frenéticamente, como posesos... ¿Es para entrar en trance o no?...



Los ritos religiosos tienen como finalidad excitar las emociones, provocar entusiasmo o temor, a veces incluso visiones, y desde luego, fortalecer la fe (ese modo de creernos algo porque sí, por pura voluntad). El objetivo es purificar a los fieles de su entendimiento racional, liberarlos de su razón. Porque la razón (el pecado de querer saber por su cuenta y riesgo) es lo que separa al hombre del Creador. Una vez purificado, el creyente está preparado para recibir a Dios y a su Verdad revelada a traves de la fe, la emoción, la visión...

Cambiemos de escenario: luz abundante y clara, silencio, un olor a desinfectante, palabras para nada poéticas entre un grupo de personas que discute y toma notas en sus ordenadores... No es una iglesia, es un laboratorio o aula. Los científicos intentan ser objetivos en su trabajo, de lo que han de purificarse no es de su razón, sino justo lo contrario: de la mera fe, de las emociones particulares de cada uno, de sus subjetivas visiones... El objetivo no es recibir la Verdad revelada por Dios, sino descubrir la Verdad desvelándola mediante la razón...



¿Tienes claras las diferencias entre religión y ciencia (entre saber irracional o racional)? Responde, si puedes, a estas preguntas:
1. ¿En qué crees que pueden parecerse la religión y la ciencia?
2. Ambas buscan la verdad, pero no del mismo modo. ¿Cuál de esos dos modos de buscar la verdad te parece más apropiado? ¿Por qué?
3. Hay científicos que son, a la vez, creyentes religiosos. ¿Crees que esto es coherente o incoherente?
4. ¿Crees coherente que en los institutos haya clases de religión? ¿Por qué? ¿Te parecería coherente que en las parroquias hubiera, entre misa y misa, cursos de ciencia? ¿Por qué?

domingo, 6 de noviembre de 2011

Solución a los enigmas lógicos.


Al fin, aquí tenéis la solución de los diez enigmas lógicos. Muchas gracias por participar a Nerea, Elena León, Alejandra, José M. Vaquero, Alfonsina, Danny, Bart y Cris. Todos lo habéis hecho muy bien, aunque habéis tenido problemas en el enigma 3, el seís, y el ocho. Muchos habéis logrado resolver el nueve (¡Felicidades, pues no es nada fácil!). Y sólo dos de vosotros (¡Tachán!) habéis respondido bien el enigma 3 y habéis dado con una muy buena respuesta al enigma 10. !Felicidades Hipersabios!


Solución al Enigma 1. Obviamente, EL CIRUJANO ERA LA MADRE. Aunque también es una solución que haya DOS PADRES, tratándose así de una pareja homosexual. Como veis, para resolver este enigma era necesario estar libre de prejuicios (como que las mujeres no suelen ser cirujanos, o que no puede haber familias compuestas por dos hombres).

Solución al Enigma 2. Dado que C es inocente, sólo pueden ser culpables A o B. Si el culpable es A, B también lo es (pues A siempre trabaja con un cómplice). Y si el culpable no es A, lo es B. Luego en cualquier caso B ES CULPABLE.

Solución al Enigma 3. La botella no puede costar un euro, pues entonces el vino, valiendo 9 euros más que la botella valdría 10 y, entonces, la botella de vino (el coste de la botella más el coste del vino) valdría 11. La respuesta correcta es que LA BOTELLA VALE 50 CÉNTIMOS, y el vino 9.50. Así, los dos suman 10 euros.

Solución al Enigma 4. EL RETRATO ESTÁ EN EL COFRE DE PLATA.
Pero analicemos cómo podemos deducir la respuesta correcta. Un dato muy importante es que sólo una de las inscripciones es verdadera (por lo que siempre hay dos que son falsas). Veamos como buscar la solución examinando todas las posibilidades (o hipótesis).


Posibilidad 1: es verdadera la inscripción del cofre de oro, y las otras dos son falsas:
(a) Oro: “El retrato está en este cofre” (V)
(b) Plata: “El retrato no está aquí” (F) = “El retrato está aquí”.
(c) Plomo: “El retrato no está en el cofre de oro” (F) = “El retrato está en el cofre de oro”.
Esta hipótesis conduce a una contradicción: el retrato está a la vez en dos cofres: en el de oro y en el de plata. Y cuando una hipótesis conduce a una contradicción es que es falsa (¡Así es la lógica!)


Posibilidad 2: es verdad la inscripción del cofre de plata, y las otras dos son falsas:
(a) Oro: “El retrato está en este cofre” (F) = “El retrato no está en este cofre”
(b) Plata: “El retrato no está aquí” (V)
(c) Plomo: “El retrato no está en el cofre de oro” (F) = “El retrato está en el cofre de oro”.
Esta hipótesis conduce a otra contradicción, pues se deduce de ella que el retrato está y no está en el cofre de oro. Y eso no puede ser


Posibilidad 3: es verdad la inscripción del cofre de plomo y las otras dos son falsas.
(a) Oro: “El retrato está en este cofre” (F) = “El retrato no está en este cofre”
(b) Plata: “El retrato no está aquí” (F) = “El retrato está aquí”
(c) Plomo: “El retrato no está en el cofre de oro” (V)
Esta hipótesis no incluye ninguna contradicción, de ella se deduce que el retrato no está en el cofre de oro, y que ESTÁ EN EL DE PLATA.

Solución al Enigma 5. Este no es tan fácil. Mucha gente cree que el hombre está mirando su propia fotografía. Pero no es así. Si alguien dice mirando una foto: “el padre del de la foto es el hijo de mi padre”, la ultima parte (“el hijo de mi padre”) puede cambiarse por “yo mismo” (dado que no tengo hermanos, el hijo de mi padre solo puedo ser yo), con lo que la frase entera quedaría: “el padre de este hombre (de la foto) soy yo”. Luego el de la foto es SU HIJO.

Solución al Enigma 6. SHERLOCK HOLMES ACUSÓ AL SR. SMITH DE MANTENER FALSAMENTE QUE HUBO UN ROBO, ¡CUANDO DE HECHO NO PUDO HABER HABIDO NINGUNO!
El razonamiento fue como sigue:
1. Supóngase que A fuera culpable. Entonces tenía exactamente un cómplice (por 2). Entonces uno de los dos, B o C, es culpable y el otro inocente. Esto contradice a (3) y (5), que conjuntamente implican que B y C son o ambos inocentes o ambos culpables. Por lo tanto A debe ser inocente.
2. Por (3) y (5), B y C son ambos culpables o ambos inocentes. Si los dos fueran culpables, entonces serían los únicos culpables (puesto que A es inocente). Entonces habría dos culpables, lo cual, por el enunciado (4) implicaría que A es culpable. Esto es una contradicción, puesto que A es inocente. Por tanto, B y C son inocentes.
3. Dado que A, B y C son inocentes, y según (1) nadie distinto de ellos había estado en la tienda el día del robo, no pudo haber robo: el señor Smith estaba mintiendo. (Enfrentado a la lógica de Sherlock Holmes, Smith se desmoronó y confesó que había mentido para cobrar el seguro).

Solución al Enigma 7. El atribulado cavernícola AMA A LAS TRES: A MONTAÑA, Mª COVADONGA Y ROCÍO DE LA CUEVA. Y es relativamente fácil averiguarlo. El cavernícola tiene que amar a Rocío y Mª Covadonga, porque la otra opción (premisa 3) es no amar a ninguna; pero esto último es imposible (por la premisa 1). Ahora bien, si ama a Rocío, ama también a Montaña (premisa 4). Luego las ama a todas, el tío (¡qué generoso!). (La premisa dos no se tiene en cuenta porque, según la premisa 3, no es posible que ame a Montaña pero no a Rocío).

Solución al Enigma 8. En la prueba 1, la respuesta es que LOS ANILLOS ESTÁN EN EL COFRE DE PLATA. El cofre de plomo se descarta en seguida porque, en caso de estar en él los anillos, sus dos enunciados serían falsos. Así que quedan el de oro y el de plata. Los dos primeros enunciados de los cofres de oro y plata concuerdan, de manera que ambos son verdaderos o falsos. Si los dos fueran falsos, los segundos enunciados de los dos cofres serían a la vez verdaderos, lo cual no puede ser porque son contradictorios. De esta manera concluimos que los dos primeros enunciados de los cofres de oro y plata son verdaderos, luego los anillos no están en el de oro, luego están en el de plata.


En la prueba 2, la respuesta es que EL REGALO ESTÁ EN EL COFRE DE PLOMO. Si estuviera en el de oro, éste y el de plata tendrían dos enunciados falsos cada uno. Si estuviera en el de plata, éste y el de plomo tendrían un enunciado falso y un enunciado verdadero cada uno. De manera que el retrato está en el cofre de plomo (y los enunciados del cofre de plata son los dos verdaderos, los de plomo ambos falsos, y los del cofre de oro uno verdadero y otro falso).


Solución al Enigma 9.
Analicemos estas dos posibilidades: o bien la creencia de este habitante es verdadera, o bien es falsa.
Si su creencia es verdadera (“estoy dormido y soy diurno”) entonces su creencia es falsa (pues los diurnos cuando duermen solo tienen creencias falsas). Esta posibilidad (o hipótesis) nos lleva al absurdo, así que la abandonamos.


Si su creencia es falsa se abren tres (y solo tres posibilidades):
(a) “estoy dormido y no soy diurno (sino nocturno)”. Pero si es un durmiente nocturno su creencia sería verdadera, no falsa (¡contradicción al canto!)
(b) “no estoy dormido y soy diurno”. Pero si está despierto siendo diurno su creencia sería verdadera, no falsa (¡contradicción otra vez!).
(c) “no estoy dormido ni soy diurno”. Ahora todo encaja, pues si está despierto y es nocturno, su creencia falsa es falsa.
Por tanto, el habitante debe haber estado DESPIERTO Y SER NOCTURNO.

Solución al Enigma 10. Todo lo que hay que decir a la (el) joven de quien te has enamorado es: “YO SOY CAVERNILOCO POBRE”. Ella (o él) advertirá inmediatamente que, de entrada, no puedes ser un cavernicuerdo (puesto que un cavernicuerdo jamás mentiría diciendo que es un caverniloco), de donde se sigue que tienes que ser un caverniloco. De aquí se sigue también que tu enunciado es falso y que, por tanto, no puedes ser un caverniloco pobre. Pero eres caverniloco y, por tanto, has de ser un caverniloco rico.


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Para que sigáis leyendo os recomiendo los maravillosos libros de los que he extraído todos estos enigmas. Se llaman: “¿Cómo se llama este libro?” y “¿La dama o el tigre?”, y son ambos de RAYMOND SMULLYAN.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Podría saber un ciego lo que es el color azul? (Sobre racionalismo y empirismo)


Los micrófonos ocultos de la Caverna captaron hace poco esta conversación entre un Empirista (E) y un Racionalista (R). A ver que os parece.

E: ¡Los datos, los hechos, el experimento bien hecho! Gracias a todo eso el conocimiento ha avanzado a pasos de gigante desde la revolución científica del XVII hasta nuestros días.
R: Es decir, que las ideas verdaderas son las que se corresponden con los datos, vamos, con lo que vemos.
E: Básicamente sí. En la ciencia también se razona y se deduce, pero la piedra de toque para verificar una teoría científica es que sus predicciones se correspondan con los datos observables. Es decir, que el astrónomo (por dar un ejemplo) diga que tal cometa va a pasar por el cielo tal día a tal hora y… ¡pase!
R: ¿Y cómo estás tan seguro de que esta concepción empirista de la verdad es la verdadera?
E: No te entiendo.
R: Sí. Tú dices que lo verdadero es lo que coincide con lo que ves. ¿Pero cómo sabes que esto mismo es cierto? ¿Por qué crees que sólo es creíble lo que ves? ¿Ves también eso? ¿Se ha demostrado con algún experimento que los experimentos son la forma adecuada de averiguar la verdad?
E: No es necesario. Tú, como yo, aceptamos que la verdad es la correspondencia de nuestros pensamientos con la realidad. Y la realidad es este mundo que vemos. ¡Es de sentido común!
R: Bueno, eso que tú llamas de sentido común yo lo considero, más bien, una teoría sobre la realidad. Y no hay que aceptarla sin más. Pero dejemos ahora eso. ¿Qué ocurre con las verdades matemáticas o lógicas, como que dos más dos son cuatro? ¿También estas verdades dependen de la experiencia, de lo que vemos o experimentamos?
E: Este es un asunto complejo. Pero yo diría que sí. Los conceptos matemáticos son una generalización a partir de nuestra experiencia con las cosas físicas. Percibimos cosas distintas pero a la vez similares (por ejemplo, distintos árboles o pájaros), y de ahí obtenemos el concepto de cantidad o número: dos árboles, tres pájaros… Y con la geometría igual: dicen los historiadores que nació en Egipto y Babilonia, por la necesidad que tenían allí de medir con exactitud las parcelas agrícolas… Todo conocimiento es "a posteriori", posterior a la experiencia.
R: No sé qué pensar. Todas las verdades que surgen de la experiencia son probables.
E: ¿Cómo probables?
R: Sí. Dependen de lo que observamos en el mundo físico, ¿no? Pero el mundo físico es cambiante, por lo que ninguna verdad será para siempre verdadera. Sólo podremos decir que, de momento, las cosas ocurren así, pero: ¿Y mañana?...
E: Cierto. Todas las verdades son probables.
R: Incluso la verdad de que toda verdad es probable debería ser, según tú, probable, y también ésta última, y ésta, y… ¿Hasta que el conocimiento sea absolutamente improbable?...
E: Eso me parece una exageración o, peor aún, una “ida de olla” sin fundamento empírico.
R: Tal vez. ¿Pero de veras crees que las verdades matemáticas son sólo probables? ¿Sería posible concebir o imaginar un mundo en que dos más dos fueran cinco?... Por otra parte, dices que aprendemos los números a partir de la experiencia de ver cosas distintas y a la vez similares. Dejando el tema de cómo algo puede ser distinto y a la vez similar, ¿no te parece que para ver cosas, dos o tres o las que sean, hace falta ya conocer de alguna manera los números?
E: ¿De qué manera? ¿Insinúas que los bebés vienen al mundo sabiendo ya aritmética? Eso me parece ridículo. Nacemos sin saber nada, y menos aún matemáticas. ¡Con lo difíciles que son!
R: Eso también me resulta difícil de creer. Si los bebes nacieran sin ninguna capacidad lógica, ¿podrían aprender algo? ¿Podrían entender la más mínima instrucción que se les diera? ¿Podríamos aprender algo a partir de cero?

E: Creo que tienes razón. Pero eso no obliga a asumir que sepamos matemáticas al nacer, ni que vengamos con “ideas innatas” al mundo. Simplemente, el cerebro humano cuenta con ciertos mecanismos con los que procesar la información desde que empieza a recibirla.
R: ¿Es entonces la lógica una especie de mecanismo cerebral?
E: Digamos que el cerebro funciona de cierta forma, y a eso luego le llamamos "lógica".
R: Que funciona de cierta forma quiere decir que funciona según la lógica (llamésmole como la llamemos). ¡Pero me cuesta trabajo creer que las leyes lógicas estén ahí, entre las neuronas, obligándolas a comportarse de cierta forma!
E: Eso es una caricatura, me temo. Hace falta estar muy puesto en psiconeurología para discutir de esto.
R: Vale. Pasemos a otro tema. Si la verdad depende de lo que veo, la verdad sólo será mi verdad. Pues mis visiones o experiencias sensoriales son personales e intransferibles. El conocimiento empírico sería así, además de probable, muy subjetivo. ¿No crees?
E: No, no creo. Una observación empírica no es lo que ve un sujeto cualquiera, sino lo que ve un grupo de expertos, que se aseguran de estar viendo lo mismo.
R: ¿Y cómo se aseguran de eso? ¿Puedo yo meterme en tu mente para saber que estas viendo lo mismo que yo?
E: No, claro. Basta con que describamos todos con exactitud lo que vemos.
R: O sea, que al final la verdad no es la correspondencia con lo que se ve, sino con lo que interpreta un grupo de expertos que se ve.
E: Claro.
R: ¿Pero cómo sabremos si su interpretación es correcta?
E: Porque son expertos en su ciencia. Saben mucho.
R: Pero yo creía que decías que el saber depende del ver. Y ahora me dices que el ver depende del saber. Esto del empirismo no es nada fácil.
E: Saber y ver dependen uno del otro.
R: Ya. ¿Pero son igual de importantes? ¿Se puede ver sin saber? ¿Podríamos ver algo de lo que no tuviéramos ni idea?...
E: Habría que pensarlo. Seguramente no.
R: Sí, mejor pensarlo que verlo. Yo creo que es imposible ver algo de lo que no tengamos ideas previas.
E: ¿Volvemos a las ideas innatas y los bebes sabios?
R:… Y por otra parte, creo que se pueden saber muchas cosas sin verlas, y ni tan siquiera imaginarlas, como las ideas matemáticas. Es más, estaría dispuesto a plantear que incluso un ciego de nacimiento podría saber perfectamente lo que es el color azul…
E: ¡Imposible! Por mucha física de los colores que supiera, no se puede saber del todo lo que es el azul si uno carece de vista.
R: ¿Quieres decir que hay cosas que no se pueden entender sin verlas?
E: Pues sí.
R: ¿Y que, por tanto, entender y ver son cosas distintas o, si quieres, partes distintas del conocimiento?
E: Sí.
R: Entonces ver no es entender, o, si quieres, ver es una forma de conocer que no tiene que ver con la inteligencia y las ideas.
E: Así es.
R: ¿Y no te parece que esto desdice lo que decíamos antes: que no se puede ver nada si no es a partir de ciertas ideas e interpretaciones?


¿Qué opináis vosotros: sabemos según lo que vemos, o vemos según lo que sabemos?
¿Podría un ciego de nacimiento, que contara con una teoría perfecta acerca de los colores, saber igual o mejor que nosotros lo que es el color azul?

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